Alojamientos para estancias largas en Boqueixón

¡Un lugar absolutamente hermoso! Nos sentimos afortunados de haber encontrado el Airbnb de María y José. Es más espacioso de lo que muestran las fotos y nos sorprendió la hermosa vista por la ventana. También estaba muy limpio, el baño era moderno y la cama/sofá estaba cómodo. Como familia, nos hemos alojado en más de 35 alojamientos en Airbnb, y el alojamiento de María y José fue nuestro favorito. Los anfitriones son cálidos y atentos. Nos regalaron verduras frescas, huevos de las gallinas de las granjas y deliciosas uvas. El vino que hacen en la propiedad es hermoso y refleja la tierra. A nuestra hija pequeña le encantaba caminar por los viñedos, mirar las gallinas, las flores, el huerto, jugar con el gato y ver conejitos. El Airbnb está a solo 30 minutos de Santiago de Compostela; el viaje es un hermoso viaje panorámico. Tenemos muchas ganas de volver y quedarnos con ellos de nuevo. Gracias María y José por hacer que nuestra estancia sea maravillosa.

Clara y Pablo nos dieron una cálida bienvenida y ese fue el comienzo de un tiempo demasiado corto pero maravilloso en su casa. Su hospitalidad y calidez fueron especiales a pesar de la barrera del idioma, que, por cierto, se resolvió de una manera creativa. Podemos recomendar una estancia con Clara y Pablo para explorar los hermosos alrededores (incluido Santiago de Compostela) desde allí.

Estuvimos de fin de semana con amigos y niños y la casa ha sido muy cómoda. Muy bien equipada, buena calefacción, muy limpia. Hay dos furanchos muy cerca donde se come muy bien. Muy recomendable! Pena que fuese invierno y no disfrutamos la piscina

El alojamiento es mejor de lo que te esperas. La estancia es muy acogedora y habilitada para que tengas un hogar donde quedarte. Las habitaciones son muy confortables y bien decoradas. La cocina tiene todos los útiles que necesitas. Los baños son muy limpios, modernos y decorados sencillamente. El entorno tiene todo el encanto de un pueblo, con su bar-restaurante (recomendado), un río con un pequeño puente, supermercado, panadería,...Yo no tengo la menor duda de que repetiría encantado. Ah! y no nos olvidemos de la anfitriona, Priscila, atentisima en todo momento. Además, te facilita instrucciones e itinerarios para que tu aventura sea lo más provechosa y gratificante posible. Mi padre que tiene 78 años y siendo un hombre de no costumbre a salir de viaje se, ha sentido mejor que en su casa. ¡¡Un 10 con mayúsculas!!