Alojamientos para estancias largas en Ses Covetes

Estadía muy agradable. Anfitriones muy hospitalarios y amables. No dudaron en esperarnos a pesar de una llegada tardía y se molestaron en proporcionarnos información y explicaciones para facilitarnos la estancia. Recomendamos al 100% este alojamiento. Gracias por su alojamiento de calidad y su hospitalidad. No dudaremos en volver si volvemos a la zona.

Pasamos una estancia maravillosa en la encantadora casa de Aleix. A su llegada, Aleix nos dio una cálida bienvenida, nos mostró los alrededores y nos explicó todo lo que necesitábamos saber. La casa está escondida detrás de un camino estrecho, más fácil de navegar de lo que parece, con un amplio estacionamiento. La propiedad está limpia y bien cuidada. La piscina es perfecta para nadar pequeños, y la casa cuenta con una cocina impecable y totalmente equipada con servicios cuidados como una cafetera Nespresso y filtro, licuadora, té, aceite de oliva, juegos de cuchillos profesionales y más. Las acogedoras habitaciones tienen encantadoras camas dobles y el sofá se puede convertir en una cama cómoda. Un área cubierta detrás de la casa incluye una mesa grande, lavadora y suministro de madera para la chimenea moderna. Los gallos y gatos agregaron encanto a la propiedad. La niebla matutina brillando a través de árboles altos fue mágica. Aleix fue amable, comunicativo y proporcionó excelentes consejos. Lo más destacado incluyó el bar Esperanza y el mercado de Santanyi. ¡Muy recomendable!

El lugar es tal y como se describe en la publicación la casa es muy completa en un barrio muy tranquilo y con todos los servicios Antoni es muy amable

Can Dameto es un lugar único. Vistas espectaculares, una playa maravillosa a dos minutos andando y una casa preciosa, equipada con todo lo que uno pudiera necesitar y con una anfitriona encantadora que ayuda con cualquier detalle y hace todo lo posible por mejorar tu estancia. Viajamos con nuestro bebé de 13 meses, que siempre conlleva sus preocupaciones, y Bea preparó todo para que no necesitásemos de nada. No sólo tenía lo necesario como cuna y trona, sino que nos compró una bañerita, preparó limpieza para niños y lleno la casa de juguetes. Cuando hubo un golpe de bochorno y nos preocupó el calor, Bea vino en seguida con dos ventiladores para refrescar la casa. Estaba en todo. Nos sentimos realmente atendidos. La casa ofrece una intimidad maravillosa y al no salir mucho por el niño pudimos relajarnos un montón, descansando en el jardín y preparando comidas al aire libre con vistas inmejorables. Ningún hotel de lujo podría ser mejor.