Alojamientos de lujo en Thira

¿Sueñas con las vacaciones en Santorini? ¡Nosotros te ayudamos a hacerlas realidad!

Santorini, en la parte más al sur del grupo de las islas Cícladas, ofrece un paisaje de casas encaladas de blanco repartidas por acantilados multicolor que se elevan sobre el azul del mar Egeo. Thira, con forma de luna creciente, es la isla más grande y está rodeada de cuatro islotes más pequeños. A vista de pájaro se pueden apreciar los rastros de la historia volcánica que ha dado forma a este pequeño archipiélago. En su día fue una isla circular y se la conocía con el nombre de Strongili (que significa «la redonda»), pero hace unos 3600 años, en época de la civilización minoica, hubo una erupción que provocó que el centro se hundiera, dando lugar a un cráter que se llenó de agua: la hoy famosa caldera de Santorini.

Actualmente, el volcán está dormido, pero hay manantiales sulfurosos en mitad la caldera, y es posible visitar la antigua ciudad minoica que quedó destruida por su erupción más violenta. La misma actividad volcánica ha dado lugar a playas de arenas negras y rojas y ha dejado una tierra muy rica que nutre una pequeña actividad vitícola muy bien establecida.

En esta belleza griega, con sus paisajes que embelesan y sus increíbles puestas de sol, podrás disfrutar de un clima mediterráneo seco y de una temperatura que ronda los 26 grados en julio y agosto.  Precisamente, en estos meses de verano hay mucha afluencia de viajeros, así que merece la pena pensarse si prefieres venir en primavera, a finales de verano o a principios de otoño, cuando todavía hace muy bueno y puedes disfrutar de las bondades de Santorini con más calma.

La capital y el punto de acceso a Santorini es Fira, una ciudad de casas blancas y cúbicas que bordean callejuelas sinuosas y pequeñas plazoletas. Sus muros encalados y sus iglesias con cúpulas azules se erigen sobre acantilados de roca volcánica. Muchos de sus edificios son ahora restaurantes y bares con vistas inspiradoras de la caldera. La segunda ciudad de Santorini, al menos en términos de popularidad, es Oia, en la punta norte de la isla. Con una arquitectura pintoresca y también con unas vistas impresionantes, es famosa por sus conmovedores atardeceres. No puedes perderte el placer de degustar un vino blanco de Santorini al borde del cráter mientras ves ponerse el sol, es sencillamente inolvidable.

Una de las mejores formas disfrutar de la belleza de este paisaje volcánico es a pie. Hay más de una docena de rutas que recorren la isla, que están perfectamente señalizadas con postes de madera. La que va de Fira a Oia por el acantilado es la más famosa de todas. Hacer el camino completo te llevará unas 3 horas; algo más si te detienes a admirar el panorama en los muchos miradores que encontrarás a tu paso. Conviene empezar pronto, porque la ruta puede resultar dura bajo el sol del medio día. Así podrás llegar a la hora de comer a Oia y bajar por las escaleras zigzagueantes hasta el puertecito de la bahía de Ammoudi. Allí encontrarás una pequeña playa de rocas y varias tabernas donde te servirán el marisco más fresco de tu vida.

Una serie de rutas pintorescas también te llevarán a dos de las otras atracciones principales de Santorini, sus increíbles playas de arena volcánica y las fascinantes ruinas de la antigüedad. La playa de Perissa, un tramo de arena negra adornada con sombrillas de colores y con varios sitios donde tomar algo, es la mejor. Está en la costa este de la isla, al sur de otro destino playero muy popular, la playa de Kamari. En mitad de las dos, en la imponente colina de Mesa Vouno, está el sitio arqueológico de la Antigua Thera, que alberga ruinas helenísticas, romanas y bizantinas. La visita merece mucho la pena, además tendrás unas vistas inmejorables del brillante mar Egeo desde lo alto.

En la costa sur, te recibirá Akrotiri, que data de la edad de bronce y es uno de los asentamientos prehistóricos más importantes del Egeo. Esta próspera ciudad mercantil quedó enterrada bajo gruesas capas de lava y ceniza después de la erupción masiva que dio lugar a la caldera de Santorini. A día de hoy, solo cerca de un tercio de la zona se ha excavado dejando a la vista casas, algunas de hasta tres pisos, enormes vasijas de cerámica, y fascinantes frescos de la antigua sociedad minoica. La cercana playa Roja, con su arena de tonos oxidados y sus acantilados de un rojo vivo, es un sitio único. Para llegar, tendrás que bajar por una empinada cuesta, así que necesitarás algo más que unas chanclas para recorrer el camino con seguridad.

Aunque Santorini no aparece en las listas de los sitios más famosos en cuanto a producción de vino, aquí se hace una cantidad nada desdeñable de caldos de buena calidad. Cuentan con denominación de origen y sus ricas tierras volcánicas son famosas por producir blancos minerales muy frescos, así como buenos vin santos, un vino dulce generoso especial para los postres. Las bodegas de la región ofrecen rutas y catas, un plan perfecto para un día de excursión.

Descubre el lujo de las villas en Santorini

Luxury Retreats pone a tu disposición la villa perfecta para las vacaciones de tus sueños, ya sea un refugio sobre un acantilado alejado del mundanal ruido para tu luna de miel o una propiedad más céntrica en uno de los pueblecitos de la isla para que tus amigos y tú podáis disfrutar de todo el ambiente que ofrece.

Imerovigli, en la costa oeste de Santorini, es una población pintoresca con vistas a la caldera. Las villas que ofrece Luxury Retreats en este pueblo son perfectas para sentarse a disfrutar de las vistas del ma; además, tienes las increíbles puestas de sol de Oia a un paso. En el exterior, te esperan terrazas blancas y piscinas turquesas con vistas al mar Egeo y, en el interior, podrás refrescarte y relajarte en las horas de más calor. Lo único que necesitas para pasar un largo día de descanso y lujo es la crema solar y una botella de vino blanco de la tierra.

Si lo que quieres es vivir Santorini como un habitante más, echa un vistazo a las villas en Fira. Date el capricho de alojarte entre las paredes curvas y los techos abovedados de una de las casas-cueva tradicionales de la zona, amuebladas con todo lujo y comodidades para una estancia perfecta. Las vistas son sublimes, y también podrás disfrutar de tu ración de sol en las terrazas o de un vaso de vin santo al fresco después de cenar. Además, si lo solicitas, también podrás contar con un chef privado. Con todo esto a tan solo unos minutos de las callejuelas de la ciudad principal de la isla, te verás en la difícil decisión de salir a explorar o quedarte exactamente donde estás.